El pasado viernes día 16 de diciembre, elaboramos un almuerzo riquísimo en la cocina de Barria: tortilla de patatas, con patatas sembradas y recogidas por nosotros mismos.
Primero las pelamos y troceamos, que no fue tarea fácil, porque algunas eran muy pero que muy pequeñas. Después las freímos en aceite de oliva bien caliente, luego las mezclamos con los huevos. La pena es que no pudimos utilizar huevos de nuestras gallinas, porque con estos fríos, ellas tampoco tienen muchas ganas de trabajar.
Cuando terminamos de hacerla, había que cortarla en porciones más o menos iguales para todos los que estábamos allí, así que utilizamos un pequeño y sencillo truco, que al final nos fue muy útil: utilizar la unión de las dos mesas como referencia, y así nos salieron los cortes perfectos!
Primero las pelamos y troceamos, que no fue tarea fácil, porque algunas eran muy pero que muy pequeñas. Después las freímos en aceite de oliva bien caliente, luego las mezclamos con los huevos. La pena es que no pudimos utilizar huevos de nuestras gallinas, porque con estos fríos, ellas tampoco tienen muchas ganas de trabajar.
Cuando terminamos de hacerla, había que cortarla en porciones más o menos iguales para todos los que estábamos allí, así que utilizamos un pequeño y sencillo truco, que al final nos fue muy útil: utilizar la unión de las dos mesas como referencia, y así nos salieron los cortes perfectos!
Y para postre, decidimos pelar y cortar unas peras de Barria, bañarlas con zumo de naranja recién exprimido y añadirles un poquito de azúcar. Muy refrescante y con muchas vitaminas, para poder seguir trabajando hasta la hora de volver al cole.
Disfrutamos un montón, la verdad!
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